“Todo el plan de reanudación de la vida en Fortalezas Tus, Oportunidades, Debilidades y Amenazas”. (Porter, 1982).
En resumen, las organizaciones deben tomar en cuenta no solo las imágenes que se ven en su funcionamiento, los servicios como la operación interna o sus competidores, sino que también se entiende el marco contextual en que dicha organización se desempeña a nivel local o geográfico.
El análisis del entorno puede dividirse en dos partes:
Ecosistemas de negocio
La competitividad es la habilidad de un país, sector o empresa, para capturar las oportunidades que brindan las tendencias globales en materia de tecnología, innovación y mercado. Un ecosistema es un sistema natural formado por un conjunto de organismos vivos interdependientes que compartimos el mismo hábitat.
Cada elemento del ecosistema trata de sobrevivir, y de esta manera el ecosistema perdurará. Se puede decir que cada sistema de negocios se regula automáticamente a través de ajustes de oferta y demanda.
Las empresas tienen un ciclo de vida que va desde la gestación hasta la extinción, al igual que los seres vivos. La permanencia de una empresa a lo largo del tiempo depende de la visión con las organizaciones que se gestionan y de la manera en que se gestiona el ciclo de cambios constantes que tienen como propósito mantenerlas en equilibrio.
Existen tres tipos básicos de ecosistemas de negocio:
Cadenas productivas
Se refiere a todas las etapas comprendidas en la elaboración, distribución y comercialización de un bien o servicio, hasta su consumo final.
Redes o conglomerados
Se define como un conjunto de empresas vinculadas legal y comercial a través de una relación permanente con las características en la tecnología que se aplica y en la estructura social y económica en la que se inserta.
Existen dos estructuras que pueden tomar una roja:
Clústeres
El otro camino para desarrollar es mejorar las relaciones en el ambiente externo de la empresa. Esas relaciones entre empresas pueden ser datos por ser proveedor-cliente, o por usar los mismos recursos e infraestructura.
Porter dice que los clústeres pueden influir en la competitividad de tres maneras:
Según Porter, en general, la ventaja competitiva de las naciones y las organizaciones en el ámbito es el resultado de 4 mejores factores y actividades ligadas a las organizaciones que participan en estos clústeres.